En la actualidad los consejeros y profesionales líderes en las empresas tienen un desafío que consiste principalmente en lograr la trascendencia de las compañías, por lo que deben retar a los empresarios para que adopten un modelo formal de gestión empresarial dentro de las organizaciones que representan.
Es importante que los consejeros y los líderes de las empresas actúen como fuente de información y conocimiento para concientizar a los empresarios de la importancia que significa el profesionalizar la empresa y de las repercusiones de no hacerlo.
Algunas ventajas de la profesionalización:
Tener un rumbo claro en la organización.
Objetivos bien definidos.
Estrategia clara de negocio.
Identificación de riesgos de negocio.
Procesos establecidos claramente definidos.
Crecimiento sostenido y continuo.
Lograr la Trascendencia de la compañía.
Repercusiones de no ejercer la profesionalización:
Operar el día a día sin metas claras y visión de negocio.
Empresa sin clara identidad.
Riesgo de disminuir el negocio por falta de objetivos claramente definidos.
Falta de definición de procesos.
Personal sin reglas claras de operación.
Riesgos materializados.
Complicaciones para lograr la trascendencia de la empresa.
¿Cuándo debemos profesionalizar la empresa?
Un buen momento para profesionalizar la empresa es “hoy”, sin embargo, las organizaciones tienen un momento de madurez en el cual después de finalizar la etapa de emprendimiento en el mejor de los casos se transita a la etapa de crecimiento el cual en algunas ocasiones se da naturalmente por las condiciones favorables del mercado y sin que el empresario ejecute alguna estrategia.
En este momento de crecimiento es cuando la prueba y error en la toma de decisiones hace más evidente la necesidad de profesionalización y de contar con sistemas y dentro de estos con procesos bien definidos que ayuden a la organización en el logro de los objetivos planteados.
Es muy usual que el empresario no visualice el momento oportuno de llevar a cabo la institucionalización que lo llevará a una profesionalización y que se vea alcanzado, rebasado y abrumado por el volumen de operación, lo que ocasionará un desconcierto en el crecimiento que tarde o temprano se verá disminuido por falta de estrategia de negocio, objetivos poco claros e inadecuada toma de decisiones.
Resistencia y temor a hacer las cosas diferentes.
Una de las principales barreras en la profesionalización de las empresas es originada muy a menudo por el miembro de la organización que será el más beneficiado y nos referimos al empresario o fundador, esto se da por la resistencia y temor a hacer las cosas diferentes y la centralización en la toma de decisiones que en gran medida frenan el crecimiento de las compañías.
El empresario debe mentalizarse, acompañarse y apoyarse en los consejeros y aprender a compartir la toma de decisiones, aceptar nuevas ideas, delegar, hacer las cosas de manera diferente para convertir el negocio en una empresa disruptiva y poder iniciar de manera abierta la implementación de la estructura que contempla la profesionalización.
La expertise del empresario o fundador.
Otra barrera para la profesionalización de la compañía que involucra al empresario es la afirmación de que él tiene la expertise y conoce profundamente la operación de su negocio y que nadie le va a decir cómo hacer las cosas, dado la vasta experiencia con que cuenta.
Lo anterior es un esquema que debemos modificar en cuanto al mindset del empresario, es cierto que él conoce respecto del desempeño de su especialidad, sin embargo, muy a menudo carece de conocimientos en estrategia de negocio.
Es en este punto en que el consejero puede aportar estrategias de negocio para una adecuada planeación, organización, dirección y control, siempre en beneficio de la organización, ya que el fundador o accionista muy pocas veces se prepara como administrador, de ahí la importancia de tener la modestia y reconocer la pericia de cada profesional y apoyarse de consejeros.
La profesionalización como una inversión y no como un gasto.
Algunos empresarios crean una barrera al percibir el proceso de profesionalización como un gasto y no como una inversión y dejan de lado el valor agregado que esta conlleva, por lo que es labor del consejero involucrar al empresario en el tema y allegarle conocimiento de los beneficios que impactaran en la organización.
Como profesionales y consejeros líderes en las organizaciones nos toca prepararnos, nutrirnos de conocimiento, informar y sensibilizar a nuestros empresarios para que las mejores prácticas dentro de la compañía se adopten, se vivan de manera natural y den como consecuencia la trascendencia de la organización.
Por L.C. y M. en A. DANIEL VEGA QUINTANILLA.
Comments